¿Cuáles son las enfermedades profesionales?

¿Cuáles son las enfermedades profesionales?

Según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), las enfermedades profesionales son aquellas que se producen como consecuencia del trabajo realizado y que, por tanto, podrían evitarse si no existieran las condiciones en que se producen.

La Directiva europea 2003/88/CE de 4 de noviembre de 2003, sobre el “equilibrio entre el trabajo y la vida personal/familiar”, fija una serie de obligaciones a los Estados miembros en relación con la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores.

Asimismo, la Directiva define como enfermedad profesional aquella que se produce como consecuencia de la realización de un trabajo y que podría evitarse si no existieran las condiciones de trabajo en que se produce.

En España, el Real Decreto XXX XXX XXX6, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, establece en su artículo 3.1.b) que son enfermedades profesionales “aquellas que se producen por la acción nociva de determinados agentes físicos, químicos o biológicos presentes en el medio ambiente de trabajo”.

En el año 2008, según datos del INSHT, se notificaron en España un total de 21.269 enfermedades profesionales, de las cuales el 85,1% (18.013) fueron enfermedades musculoesqueléticas, seguidas de las enfermedades derivadas del trabajo con agentes biológicos (2.852; 13,4%), las enfermedades por exposición a agentes físicos (568; 2,7%) y las enfermedades por exposición a agentes químicos (836; 3,9%).

La mayoría de las enfermedades profesionales se notifican en el sector de la construcción (48,1%), seguido del sector de la sanidad (10,6%), el sector de la administración pública (9,6%) y el sector de la industria (8,8%).

En relación con el sexo, el 74,4% de las enfermedades profesionales notificadas en España el año 2008 afectaron a hombres y el 25,6% a mujeres.

En cuanto a la edad, el porcentaje de enfermedades profesionales notificadas en España en el año 2008 fue más elevado entre los trabajadores de 45 a 54 años (27,2%), seguidos de los de 55 a 64 años (24,9%).

¿Cuáles son todas las enfermedades profesionales?

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define a las enfermedades profesionales como aquellas que surgen como consecuencia de la exposición a determinados agentes en el lugar de trabajo. En España, según el Real Decreto XXX XXX XXX6, se consideran enfermedades profesionales aquellas patologías que deriven de las condiciones especiales de trabajo a las que están expuestos los trabajadores y que son reconocidas como tales por la Administración Pública.

Algunas de las enfermedades profesionales más comunes son:

  • Enfermedades respiratorias derivadas de la inhalación de partículas en el aire, como el asma, la bronquitis o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
  • Enfermedades dermatológicas producidas por la exposición a sustancias químicas, como la dermatitis o el eczema.
  • Enfermedades musculares y esqueletales producidas por esfuerzos repetitivos o posiciones forzadas, como el tunel carpiano o la lumbalgia.
  • Enfermedades psíquicas producidas por condiciones de estrés en el lugar de trabajo, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT) o el trastorno de estrés laboral (TEL).
  • Enfermedades auditivas producidas por la exposición a ruidos intensos, como la sordera o el trastorno del oído medio.
  • Enfermedades visuales producidas por la exposición a la luz intensa o a vibraciones, como el síndrome de la visión de computadora o el trastorno del ojo seco.

Para evitar el desarrollo de enfermedades profesionales, es importante identificar los factores de riesgo en el lugar de trabajo y tomar las medidas adecuadas para controlarlos. Algunas de las medidas que se pueden adoptar son:

  • Instalar equipos de protección individual adecuados para cada trabajador.
  • Mejorar la ventilación y la iluminación del lugar de trabajo.
  • Eliminar o reducir la exposición a agentes químicos peligrosos.
  • Reducir el nivel de ruido mediante el uso de tapones para los oídos o máquinas de ruido.
  • Realizar pausas periódicas y ejercicios de estiramiento para evitar la fatiga muscular.
  • Mejorar las condiciones de trabajo para reducir el estrés y el agobio.
  • Fomentar la comunicación entre los trabajadores y el jefe para identificar y resolve los conflictos laborales.

¿Cuáles son los tres tipos de enfermedades profesionales?

Enfermedades profesionales son aquellas que se adquieren a consecuencia del trabajo que se realiza. En la mayoría de los casos, estas enfermedades se deben a la exposición a determinados agentes nocivos en el ambiente laboral. Los agentes nocivos pueden ser químicos, biológicos, físicos o mecánicos. Las enfermedades profesionales pueden ser agudas o crónicas.

Enfermedades agudas: se caracterizan por tener síntomas que aparecen de manera repentina y, por lo general, son de corta duración. Las enfermedades agudas son aquellas que se adquieren tras una única exposición a un agente nocivo o tras varias exposiciones en un corto periodo de tiempo.

Enfermedades crónicas: se caracterizan por tener síntomas que aparecen de manera gradual y, por lo general, son de larga duración. Las enfermedades crónicas son aquellas que se adquieren tras una exposición prolongada a un agente nocivo.

Enfermedades profesionales: son aquellas que se adquieren a consecuencia del trabajo que se realiza. En la mayoría de los casos, estas enfermedades se deben a la exposición a determinados agentes nocivos en el ambiente laboral.

¿Qué son las enfermedades profesionales concepto?

Las enfermedades profesionales son aquellas que se contraen por el simple hecho de realizar una determinada actividad laboral. El trabajo es, por tanto, la causa directa de la aparición de la dolencia. No obstante, para que se pueda hablar de enfermedad profesional, debe existir una relación causal entre el trabajo y la enfermedad, es decir, que la enfermedad no se hubiera producido si el trabajador no realizara esa labor.

Por ejemplo, la sinusitis o el estrés no serían enfermedades profesionales, puesto que pueden darse en cualquier ámbito laboral, independientemente de las condiciones en las que se realiza el trabajo. En cambio, un trabajador que sufra un accidente laboral o una enfermedad relacionada con la inhalación de polvo sí podría ser considerado como enfermo profesional.

Las enfermedades profesionales, por tanto, son aquellas que se contraen por el simple hecho de realizar una determinada actividad laboral. Para que se pueda hablar de enfermedad profesional, debe existir una relación causal entre el trabajo y la enfermedad, es decir, que la enfermedad no se hubiera producido si el trabajador no realizara esa labor.

Aunque las enfermedades profesionales pueden darse en cualquier sector laboral, hay algunos en los que son más habituales. Según datos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), en España el sector con más enfermedades profesionales es el de la construcción, con un 26,4% de los casos notificados, seguido del sector servicios, con un 20,6%. Otros sectores con una alta incidencia de enfermedades profesionales son el de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (13,6%), el comercio (11,4%) y la industria (9,5%).

En España, el sector con más enfermedades profesionales es el de la construcción, con un 26,4% de los casos notificados, seguido del sector servicios, con un 20,6%. Otros sectores con una alta incidencia de enfermedades profesionales son el de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (13,6%), el comercio (11,4%) y la industria (9,5%).

Las enfermedades profesionales pueden ser de diversa índole, pero las más habituales son las musculares, las respiratorias y las dermatológicas. También son frecuentes las enfermedades mentales, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT) o la depresión, y las enfermedades del sistema cardiovascular, como el infarto de miocardio.

En el caso de las enfermedades profesionales, el trabajador afectado tiene derecho a una prestación por incapacidad permanente si la enfermedad le impide desempeñar su actividad laboral de forma habitual. Para acceder a esta prestación, el trabajador debe acreditar que la enfermedad se encuentra directamente relacionada con el trabajo que realiza.

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