¿Cuando te pueden hacer un despido disciplinario?
Despido disciplinario significa que un empleado es despedido por una mala conducta cometida en el trabajo. Algunos ejemplos de mala conducta que podrían dar lugar a un despido disciplinario son:
- No seguir las instrucciones del empleador
- Hacer daño intencionalmente a la propiedad del empleador
- Robar o tomar prestados sin permiso cosas del trabajo
- Mostrar un patrón de faltas injustificadas al trabajo
- Violar las reglas del empleador sobre el uso de sustancias controladas, como el alcohol o las drogas
- Agredir o amenazar a un compañero de trabajo
- Acosar sexualmente a un compañero de trabajo
Para que un despido disciplinario sea justificado, el empleador debe demostrar que la mala conducta del empleado ocurrió y que era lo suficientemente grave como para justificar el despido. También debe demostrar que el empleado fue notificado de las consecuencias de su mala conducta y que el empleado tuvo la oportunidad de corregir su conducta.
¿Cuándo te hacen un despido disciplinario?
Después de que hayas recibido un aviso de despido, tu empleador debe darte una carta explicando los motivos de tu despido. Si el despido es por motivos disciplinarios, la carta de despido debe especificar el comportamiento que ha llevado a tu despido. La carta también debe decirte cuándo se realizará el despido y cómo se te reembolsarán los gastos de viaje y de mudanza, si los hay.
Si el despido es por motivos disciplinarios, tu empleador debe:
- darle una oportunidad de mejorar su comportamiento
- informarle sobre el comportamiento inadecuado
- decirle que el despido será la última medida si no mejora su comportamiento
Después de recibir una carta de despido, tu empleador debe darte una oportunidad de mejorar tu comportamiento. Esto significa que tu empleador debe:
- avisarte de la falta que cometiste
- decirte qué debes hacer para mejorar
- decirte qué consecuencias tendrá si no mejoras tu comportamiento
Si después de recibir una carta de despido no mejoras tu comportamiento, tu empleador puede darte una segunda carta de despido. La segunda carta de despido debe especificar el comportamiento que llevó al despido y la fecha en que se realizará el despido. Si después de recibir la segunda carta de despido no mejoras tu comportamiento, tu empleador puede darte una carta de despido inmediato.
¿Cuáles son los despidos disciplinarios?
Los despidos disciplinarios son aquellos que se realizan por motivos relacionados con la conducta del trabajador. En la mayoría de los casos, el despido es consecuencia de un falta cometida por el empleado, aunque también puede darse por otras causas como el incumplimiento de un deber esencial del contrato de trabajo. No obstante, el despido disciplinario debe ser siempre proporcionado a la falta cometida.
Para que un despido disciplinario sea considerado legítimo, es necesario que el empresario haya advertido previamente al trabajador de las posibles consecuencias de su conducta. Asimismo, debe haber una investigación previa que determine que el empleado ha cometido la falta que se le imputa, y que dicha falta sea de tal gravedad que justifique el despido. Por último, el despido debe ser notificado por escrito al trabajador, de forma que pueda conocer los motivos concretos que han llevado a su despido.
En España, el despido disciplinario se regula en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, que establece que el trabajador tiene derecho a una indemnización de 20 días de salario por año de servicio si el despido es improcedente, y de 12 días de salario por año de servicio si el despido es procedente. No obstante, en los últimos años se han producido numerosas sentencias en las que se ha establecido que el despido es improcedente si no se ha seguido el procedimiento establecido en el Estatuto de los Trabajadores, o si la falta cometida no es de suficiente gravedad para justificar el despido.
¿Qué consecuencias tiene un despido disciplinario?
Un despido disciplinario es un procedimiento de terminación de un contrato de trabajo que se produce por parte de la empresa y que está justificado por una falta cometida por el trabajador. En consecuencia, el despido no es improcedente y, por lo tanto, el trabajador no tiene derecho a indemnización.
Las faltas que pueden dar lugar a un despido disciplinario son las siguientes:
- Faltas de asistencia y de puntualidad.
- Faltas de respeto hacia los superiores, compañeros de trabajo o clientes.
- Ausencias injustificadas.
- El incumplimiento de las obligaciones contractuales.
- La realización de tareas prohibidas por la empresa.
Para que el despido disciplinario sea procedente, la empresa debe seguir unos pasos previos que están recogidos en el Estatuto de los Trabajadores. En concreto, debe notificar por escrito al trabajador la falta cometida y, si éste no rectifica su conducta, se le debe imponer una sanción que, en caso de ser considerada grave, podría dar lugar al despido.
Asimismo, es importante tener en cuenta que, para que el despido disciplinario sea procedente, la falta cometida por el trabajador debe ser grave. No obstante, esto es algo que debe evaluarse en cada caso concreto, ya que no siempre será igual de grave la misma falta.
Por último, cabe señalar que el despido disciplinario puede ser recurrido por el trabajador ante los tribunales. No obstante, el trabajador debe tener en cuenta que, para que el despido sea declarado nulo, deberá acreditar que la falta cometida no era grave o que no se ha seguido el procedimiento establecido por la ley.
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