¿Qué es un ERE concursal?
Un ERE concursal es un procedimiento que se desarrolla durante un concurso de acreedores. Este tipo de expediente de regulación de empleo se lleva a cabo cuando una empresa entra en situación de quiebra o insolvencia y se encuentra inmersa en un proceso de concurso de acreedores.
El ERE concursal tiene como objetivo principal la reestructuración y viabilidad de la empresa en crisis, con el fin de evitar su liquidación y preservar la actividad empresarial. Para ello, se buscan soluciones que permitan una reducción de los costes laborales para adaptarse a la nueva situación económica de la compañía.
En un ERE concursal, la empresa debe presentar un plan de viabilidad que incluya medidas como la reducción de salarios, la modificación de las condiciones laborales o la extinción de contratos en determinados casos. Estas medidas deben ir encaminadas a conseguir un equilibrio económico y financiero que permita a la compañía continuar funcionando.
El ERE concursal debe ser aprobado por la autoridad laboral competente, previa consulta y negociación con los representantes de los trabajadores y con la autorización del juez encargado del concurso de acreedores. Además, se deben respetar los derechos adquiridos de los empleados, cumpliendo con los plazos y requisitos establecidos por la ley.
En resumen, un ERE concursal es un procedimiento que se realiza durante un concurso de acreedores y busca la reestructuración y viabilidad de una empresa en crisis. Se trata de medidas que permiten reducir los costes laborales y adaptarse a la nueva situación económica de la compañía, siempre respetando los derechos de los trabajadores y bajo la supervisión de las autoridades competentes.
¿Qué es un ERE y cómo funciona?
Un ERE o Expediente de Regulación de Empleo es un mecanismo legal que permite a las empresas en España llevar a cabo despidos colectivos o suspensiones temporales de contratos laborales en situaciones excepcionales.
Este procedimiento se utiliza cuando empresas se encuentran en dificultades económicas, técnicas, organizativas o de producción, y necesitan ajustar su plantilla para garantizar su viabilidad. Un ERE se puede presentar tanto en empresas privadas como en organismos públicos.
La normativa laboral establece que para llevar a cabo un ERE, la empresa debe justificar los motivos que lo sustentan y presentar un plan de medidas a seguir. Estas medidas pueden incluir tanto la extinción de los contratos laborales de algunos empleados como la suspensión temporal de los mismos.
Una vez presentado el ERE, se abre un periodo de negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores, que pueden ser los delegados sindicales o comités de empresa. Durante esta negociación, ambas partes intentarán alcanzar un acuerdo que minimice el impacto sobre los empleados afectados.
En caso de no llegar a un acuerdo, la empresa puede obtener la autorización para llevar a cabo el ERE por parte de la autoridad laboral competente. Esta autorización puede ser denegada si se considera que la empresa no ha justificado adecuadamente los motivos o si no ha cumplido con los requisitos legales establecidos.
Una vez aprobado el ERE, la empresa procede a aplicar las medidas acordadas, lo que puede llevar al despido de los empleados afectados o a la suspensión temporal de sus contratos. En algunos casos, se pueden establecer medidas de acompañamiento para los trabajadores despedidos, como indemnizaciones o programas de recolocación.
En resumen, un ERE es un mecanismo legal que permite a las empresas en España llevar a cabo despidos colectivos o suspensiones temporales de contratos laborales en situaciones excepcionales. Su implementación requiere justificación, negociación con los representantes de los trabajadores y autorización de la autoridad laboral competente.
¿Qué pasa si me meten en un ERE?
Un ERE, siglas de Expediente de Regulación de Empleo, es un instrumento utilizado por las empresas para llevar a cabo despidos colectivos o ajustes en la plantilla de trabajadores.
Si te encuentras en la situación de ser incluido en un ERE, es importante conocer tus derechos y las posibles consecuencias que puede generar.
Lo primero que debes saber es que si eres afectado por un ERE, la empresa deberá negociar contigo y con los representantes de los trabajadores las condiciones del despido, incluyendo las indemnizaciones y las posibles medidas compensatorias. Estas negociaciones tienen como finalidad alcanzar un acuerdo que beneficie a ambas partes.
En caso de no llegar a un acuerdo, la empresa puede proceder a aplicar el ERE. En este caso, deberá abonar las indemnizaciones correspondientes y ofrecer medidas de acompañamiento, como recolocación laboral o cursos de formación.
Es importante destacar que el trabajador tiene derecho a impugnar el ERE si considera que no se han cumplido los requisitos legales o que su inclusión en el expediente no está justificada. Para ello, deberá presentar una demanda ante los tribunales correspondientes.
En cuanto a las prestaciones por desempleo, si te encuentras en un ERE, podrás solicitar el subsidio por desempleo una vez se agote el período de percepción de las indemnizaciones correspondientes al despido. Además, el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) ofrece ayudas adicionales para los afectados por un ERE, como cursos de formación o programas de recolocación laboral.
En resumen, en caso de ser incluido en un ERE, debes conocer tus derechos y las posibles consecuencias del despido colectivo. Es importante negociar las condiciones del mismo y, en caso de no llegar a un acuerdo, valorar la posibilidad de impugnarlo legalmente. Además, puedes solicitar las prestaciones por desempleo y beneficiarte de las ayudas adicionales ofrecidas por el SEPE.
¿Cuánto es la indemnización por ERE?
Un ERE, o Expediente de Regulación de Empleo, es un procedimiento legal que permite a una empresa despedir a un número significativo de trabajadores por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
La indemnización por ERE varía dependiendo de varios factores. En primer lugar, se tiene en cuenta la antigüedad del trabajador en la empresa. Cuanto más tiempo haya trabajado en la empresa, mayor será la indemnización. Además, se debe tener en cuenta si el despido es considerado objetivo o improcedente.
En los despidos objetivos, la indemnización por ERE se calcula multiplicando los años trabajados por 20 días de salario por año, con un máximo de 12 mensualidades. Por ejemplo, si un trabajador ha estado en la empresa durante 5 años, su indemnización sería de 100 días de salario.
En los despidos improcedentes, la indemnización por ERE se calcula multiplicando los años trabajados por 33 días de salario por año, con un máximo de 24 mensualidades. Por lo tanto, la indemnización será mucho mayor en estos casos.
Es importante señalar que existen límites legales para las indemnizaciones por ERE. El máximo establecido por ley es de 720 días de salario, aunque en situaciones excepcionales, como casos de mala praxis empresarial, este límite puede ser superado.
En resumen, la indemnización por ERE varía en función de la antigüedad del trabajador, si el despido es objetivo o improcedente, y está sujeta a límites legales. Es importante recibir asesoramiento legal adecuado en caso de estar involucrado en un ERE para garantizar que se reciba la indemnización correcta.
¿Qué significa estar en ERE?
El término ERE hace referencia a Expediente de Regulación de Empleo, una figura jurídica que permite a las empresas realizar despidos colectivos o adoptar medidas de flexibilidad en el ámbito laboral.
Un ERE puede ser de dos tipos: extintivo o suspensivo. El ERE extintivo implica el cese definitivo de la relación laboral, mientras que el suspensivo supone una interrupción temporal de la misma.
Para iniciar un ERE, las empresas deben cumplir una serie de requisitos establecidos por la ley, como la presentación de una solicitud ante la autoridad laboral competente y la apertura de un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores. Durante este proceso, ambas partes intentan alcanzar un acuerdo que minimice el impacto del ERE en los empleados.
En caso de que no se llegue a un acuerdo, la empresa puede proceder con la aplicación del ERE, lo que implica la extinción o suspensión de los contratos de trabajo de los afectados. Sin embargo, es importante destacar que los trabajadores tienen derechos y garantías en caso de estar incluidos en un ERE, como el derecho a percibir una indemnización y a solicitar el subsidio de desempleo.
En resumen, estar en ERE significa encontrarse en una situación laboral complicada, en la que la empresa ha decidido realizar despidos colectivos o adoptar medidas de flexibilidad. Los trabajadores afectados tienen derechos y garantías que deben ser respetados, y es fundamental buscar un acuerdo que minimice el impacto del ERE en su situación laboral y económica.
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