¿Cómo tributan las indemnizaciones por ERE?
Un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) supone el fin de la relación laboral de un trabajador con una empresa. Por tanto, esa persona recibirá una indemnización por el despido.
No obstante, esta indemnización no es exenta de tributar. En concreto, se tributará como rendimiento del trabajo. Es decir, se aplicará el tipo impositivo general del IRPF.
No obstante, en algunos casos especiales, la indemnización sí estará exenta de tributar. Por ejemplo, si el despido se produce por causas objetivas. Entre ellas, se encuentran el cese de la actividad de la empresa o el traslado del domicilio social.
En cualquier caso, para que la indemnización quede exenta de tributar, es necesario que el trabajador lo solicite. Para ello, debe presentar la correspondiente declaración del IRPF. En ella, debe especificar las causas por las que se produce el despido.
¿Cómo tributa la indemnización por un ERE?
La indemnización por un ERE es una cantidad de dinero que se le paga a un trabajador cuando su empresa le despide. Se trata de una ayuda que le permite a la persona cobrar una cantidad de dinero por los años de trabajo que ha realizado. La indemnización se calcula en función de la antigüedad del trabajador y de su salario. De acuerdo con la ley, la indemnización máxima que se puede cobrar es de 42 días de salario por año de trabajo. Esto significa que si un trabajador ha trabajado 10 años en la misma empresa, la indemnización máxima que podría recibir sería de 420 días de salario. La indemnización se paga en un plazo de 10 días después de que se ha realizado el despido.
La indemnización por ERE está sujeta a impuestos. Esto significa que el trabajador debe declarar la indemnización como ingreso en su declaración de la renta. El impuesto que se paga sobre la indemnización es del 19%. Esto significa que si un trabajador recibe una indemnización de 420 días de salario, deberá pagar 79,8 días de salario en impuestos. El trabajador recibirá el resto de la indemnización en efectivo.
¿Qué parte de la indemnización está exenta?
La indemnización por despido improcedente puede estar exenta de tributación en su totalidad si se cumple el requisito de carecer de rentas superiores a los 24.107,20 euros anuales, tal y como establece el artículo 15 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (LIRPF).
En concreto, según este precepto, "estarán exentas de tributación las indemnizaciones percibidas a título de despido improcedente, en la cuantía que, unida a las demás rentas del trabajador, no supere la cantidad de 24.107,20 euros anuales".
No obstante, si la indemnización supera este importe, solo estará exenta la parte que no supere dicha cantidad. Así, por ejemplo, si un trabajador percibe una indemnización por despido improcedente de 40.000 euros, solo estará exenta de tributación la parte correspondiente a los 15.892,80 euros que no superan los 24.107,20 euros anuales.
¿Cómo se declara una indemnización?
Indemnización es un conjunto de normas jurídicas que protegen al trabajador frente a un despido improcedente. Por lo tanto, es un derecho fundamental del trabajador el poder acudir a los tribunales para solicitar una indemnización, si cree que ha sido despedido injustamente. ¿Qué es un despido improcedente? Un despido improcedente es aquel que se realiza sin causa justificada, es decir, sin que el trabajador haya cometido ningún tipo de falta que pueda justificar su despido. Por lo tanto, el despido improcedente es un despido injustificado. ¿Qué es un despido nulo? Un despido nulo es aquel que se realiza sin causa justificada y, además, es contrario a la ley. Por lo tanto, el despido nulo es un despido injustificado e ilegal. ¿Qué es un despido improcedente o nulo? Un despido improcedente o nulo es un despido que se realiza sin causa justificada y, además, es contrario a la ley. Por lo tanto, el despido improcedente o nulo es un despido injustificado e ilegal. ¿Qué es un despido procedente? Un despido procedente es aquel que se realiza por causa justificada, es decir, porque el trabajador ha cometido una falta que pueda justificar su despido. Por lo tanto, el despido procedente es un despido justificado.¿Buscas trabajo?
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