¿Cuáles son los tipos de incapacidades?

¿Cuáles son los tipos de incapacidades?

Una persona con una incapacidad es aquella que tiene una discapacidad física, mental o sensorial que le impide, a causa de su condición, llevar una vida completamente autónoma o que requiere de asistencia permanente.

En cuanto a las incapacidades físicas, éstas pueden ser: parálisis, amputaciones, enfermedades degenerativas musculares, esclerosis múltiple, enfermedades neurológicas, entre otras. En el caso de las incapacidades mentales, éstas se refieren a aquellas personas que padecen de enfermedades como el autismo, la esquizofrenia, la demencia, el retraso mental, entre otras. Por último, las incapacidades sensoriales son aquellas que afectan los sentidos, como la ceguera, la sordera, la hipersensibilidad auditiva o visual, entre otras.

En cuanto a la gravedad de la incapacidad, ésta puede ser leve, moderada o severa. Se considera que una persona tiene una incapacidad leve cuando esta no le impide realizar actividades básicas de la vida diaria, como vestirse, bañarse, alimentarse, entre otras. Una incapacidad moderada es aquella que requiere de cierta asistencia para realizar las actividades básicas de la vida diaria, pero que no requiere de cuidados permanentes. Por último, una incapacidad severa es aquella que requiere de cuidados y asistencia permanentes para realizar las actividades básicas de la vida diaria.

¿Qué tipo de incapacidades hay?

Según el Censo de Población y Vivienda del año 2015, en España hay un total de 4,5 millones de personas con algún tipo de discapacidad, lo que supone el 8,8% de la población. De estas, el 62,4% son mujeres y el 37,6% hombres.

En cuanto a la edad, el 24,1% de las personas con discapacidad tienen entre 0 y 14 años, el 55,3% entre 15 y 64 y el 20,6% tiene 65 o más.

En el caso de las incapacidades, el 48,5% de las personas con discapacidad tienen dificultades para movilizarse, el 36,4% presenta dificultades para ver, el 35,1% para comunicarse, el 33,8% para oidr y el 32,4% para realizar actividades básicas de la vida diaria.

En el caso de las enfermedades, el 42,5% de las personas con discapacidad padecen dolores y problemas musculares, el 37,8% problemas de columna, el 33,2% artrosis, el 27,5% migrañas y jaquecas y el 23,5% depresión.

¿Cuántos tipos de incapacidad hay en el IMSS?

El Seguro Social en México brinda diferentes prestaciones a sus afiliados, entre las que se encuentran las pensiones por invalidez, vejez y sobrevivencia, y la pensión alimenticia. Para acceder a una pensión por invalidez es necesario ser afiliado al IMSS, tener una discapacidad permanente que imposibilite para el trabajo y no contar con ingresos suficientes para mantenerse. La pensión se otorga de manera definitiva si la discapacidad es total, o provisional si es parcial. En el caso de la pensión provisional, se otorga por un tiempo determinado, y se evalúa cada 6 meses si el afiliado puede o no seguir recibiéndola. Si la discapacidad es temporal, el afiliado tiene derecho a una incapacidad laboral por el tiempo que dure su estado, y una vez que se recupere, deberá solicitar el reingreso a su empleador.

Existen 3 tipos de incapacidad en el IMSS:

  1. Incapacidad laboral temporal: se otorga cuando el trabajador padece una enfermedad o lesión que no le permita realizar su trabajo por un tiempo determinado. En este caso, el afiliado tiene derecho a recibir una prestación económica por un tiempo determinado, y una vez que se recupere, deberá solicitar el reingreso a su empleador.
  2. Incapacidad laboral permanente parcial: se otorga cuando el trabajador padece una enfermedad o lesión que le imposibilite para el trabajo de manera permanente, pero le permite realizar algunas actividades. En este caso, el afiliado tiene derecho a recibir una pensión por invalidez de manera provisional, y se evalúa cada 6 meses si puede o no seguir recibiéndola.
  3. Incapacidad laboral permanente total: se otorga cuando el trabajador padece una enfermedad o lesión que le imposibilite para el trabajo de manera permanente, y no le permite realizar ninguna actividad. En este caso, el afiliado tiene derecho a recibir una pensión por invalidez de manera definitiva.

¿Cómo saber qué tipo de incapacidad tengo?

La primera forma de identificar el tipo de incapacidad que se padece, es acudiendo a un médico especialista. Según el diagnóstico que se establezca, se podrá determinar el alcance de la discapacidad y el tratamiento más adecuado. No obstante, existen una serie de criterios que se deben tener en cuenta a la hora de establecer el tipo de discapacidad de una persona. A continuación, se detallan algunos de ellos:

  • Motricidad: se refiere a la capacidad de controlar los movimientos del cuerpo. En función de esto, se pueden diferenciar tres grandes grupos:
    • Personas con discapacidad visual: no pueden ver, o su campo de visión es muy reducido. Pueden leer en braille o utilizar lupas.
    • Personas con discapacidad auditiva: no pueden oír, o su capacidad auditiva está muy deteriorada. Pueden aprender a leer labios o a utilizar lenguaje de señas.
    • Personas con discapacidad física: tienen dificultades para moverse o controlar los movimientos de una o varias extremidades. Pueden necesitar prótesis, sillas de ruedas u otros aparatos para facilitar su movilidad.
  • Intelectual: se refiere a la capacidad de comprensión, razonamiento y aprendizaje. En función de esto, se pueden diferenciar dos grandes grupos:
    • Personas con discapacidad intelectual leve: su capacidad de comprensión, razonamiento y aprendizaje está ligeramente afectada. Pueden llevar una vida independiente y tener un trabajo, aunque necesitan un poco más de ayuda que el resto de personas.
    • Personas con discapacidad intelectual severa o profunda: su capacidad de comprensión, razonamiento y aprendizaje está muy afectada. Necesitan ayuda para llevar a cabo las actividades cotidianas y suelen tener una esperanza de vida reducida.
  • Psicológica: se refiere a la capacidad de controlar los propios sentimientos y las emociones. En función de esto, se pueden diferenciar tres grandes grupos:
    • Personas con discapacidad psicológica leve: su capacidad de controlar los propios sentimientos y las emociones está ligeramente afectada. Pueden llevar una vida independiente y tener un trabajo, aunque necesitan un poco más de ayuda que el resto de personas.
    • Personas con discapacidad psicológica severa: su capacidad de controlar los propios sentimientos y las emociones está muy afectada. Necesitan ayuda para llevar a cabo las actividades cotidianas y suelen tener una esperanza de vida reducida.
    • Personas con discapacidad psiquiátrica: padecen un trastorno mental que les impide llevar una vida normal. Necesitan ayuda para llevar a cabo las actividades cotidianas y suelen tener una esperanza de vida reducida.

Una vez que se ha establecido el tipo de discapacidad de una persona, se le pueden ofrecer una serie de ayudas y recursos para que pueda llevar una vida lo más normalizada posible. No obstante, cabe destacar que cada persona es única y, por tanto, las necesidades de cada una varían en función de la discapacidad que padezcan.

¿Cuántos tipos de incapacidades permanentes hay?

En España, la Ley de Dependencia de 2006, regula la atención a las personas con discapacidad, estableciendo cuatro grados de dependencia:

  • Personas que requieren ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria.
  • Personas que requieren ayuda a domicilio para cubrir sus necesidades básicas.
  • Personas que requieren asistencia personal para llevar a cabo actividades de la vida diaria.
  • Personas que requieren cuidados especializados.

La Ley de Dependencia también establece la prestación económica por dependencia, que es un subsidio mensual para las personas con dependencia.

En España, también se reconocen otras discapacidades permanentes, como la discapacidad intelectual, la discapacidad física, la discapacidad psíquica y la discapacidad sensorial. Sin embargo, estas discapacidades no están reguladas por la Ley de Dependencia y no tienen un subsidio específico.

En general, se considera que una persona tiene una discapacidad permanente si su capacidad para realizar actividades es limitada de manera significativa y si esta limitación es de carácter duradero.

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