¿Cuándo se considera nulo un despido disciplinario?
El despido disciplinario tiene una finalidad correctiva y, en consecuencia, debe ser consecuencia de una falta cometida por el trabajador. No obstante, no todos los despidos que se basan en una falta cometida por el trabajador serán considerados despidos disciplinarios.
Para que un despido pueda ser considerado disciplinario debe cumplirse lo establecido en el artículo 55.1 de la Ley General de la Seguridad Social, que es el despido que se comete por una falta cometida por el trabajador que afecte a la empresa y que sea tipificada como tal en el convenio colectivo o en el Reglamento Interno de Trabajo.
Asimismo, el despido disciplinario debe ser comunicado por escrito al trabajador, de forma individualizada y motivada, en el que se especifique la falta cometida y las pruebas en las que se basa el despido.
Por lo tanto, si el despido no se ajusta a lo establecido en el artículo 55.1 de la Ley General de la Seguridad Social, no se comunica por escrito al trabajador o no se especifica la falta cometida y las pruebas en las que se basa el despido, el despido será nulo.
¿Cómo conseguir que un despido sea nulo?
Despido improcedente
En España, un despido es improcedente cuando se realiza sin causa justificada o cuando se incumple el procedimiento legal. En este caso, el trabajador puede optar por reincorporarse a su puesto de trabajo o recibir una indemnización de 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades.
Despido nulo
Un despido es nulo cuando se realiza por motivos prohibidos por la ley, como la discriminación, el acoso laboral o el embarazo. En este caso, el trabajador puede optar por reincorporarse a su puesto de trabajo o recibir una indemnización de 45 días por año trabajado, con un máximo de 42 mensualidades.
¿Cómo saber si mi despido es nulo?
Para saber si un despido es nulo, es necesario acudir a un abogado o a un sindicato. Ellos serán quienes evalúen si se cumplen los requisitos para considerarlo nulo y, en caso afirmativo, presentarán la demanda correspondiente ante los juzgados.
¿Cómo defenderse de un despido disciplinario?
Un despido disciplinario es un despido motivado por una falta cometida por el trabajador. Las faltas que pueden dar lugar a un despido disciplinario son aquellas que afectan a la relación laboral o que ponen en peligro la seguridad e integridad física de los demás trabajadores. En cualquier caso, para que el despido disciplinario sea considerado legítimo, debe haber un procedimiento previo de investigación de la falta en el que el trabajador tenga derecho a defenderse.
Aunque el despido disciplinario puede ser una medida legítima, en muchas ocasiones se abusa de ella. Por ejemplo, si el trabajador es despedido por faltas que no son graves o que no han sido debidamente comprobadas. En estos casos, el trabajador puede impugnar el despido ante los tribunales.La impugnación del despido es un recurso que puede interponer el trabajador ante los tribunales para que se declare la nulidad del despido y se ordene la reincorporación al puesto de trabajo. Para impugnar el despido, el trabajador debe hacerlo dentro de los 15 días hábiles siguientes a la recepción de la carta de despido. No obstante, si el trabajador está en periodo de prueba, el plazo para impugnar el despido es de 5 días hábiles.
Para que la impugnación del despido tenga éxito, el trabajador debe probar que el despido es nulo. Esto quiere decir que el despido no se ajusta a derecho o que no se ha seguido el procedimiento establecido en la ley. Si el juez declare que el despido es nulo, el trabajador deberá ser reincorporado al puesto de trabajo y tendrá derecho a cobrar las remuneraciones que dejó de percibir desde el despido hasta la sentencia. Además, el trabajador podrá exigir al empresario una indemnización por los daños y perjuicios causados.
¿Dónde queda reflejado un despido disciplinario?
Un despido disciplinario es un despido justificado por una falta cometida por el trabajador. Se trata de una decisión que toma el empresario, y que debe estar basada en una falta cometida por el trabajador y debidamente acreditada. Asimismo, el empresario debe tener en cuenta la gravedad de la falta cometida, así como la antigüedad y el comportamiento del trabajador en el puesto de trabajo.
En cuanto a la documentación que debe acompañar al despido, ésta debe estar debidamente motivada y específica en cuanto a la falta cometida. Asimismo, el empresario debe notificar al trabajador de la decisión de despido, así como de los motivos concretos que han llevado a esta decisión.
En el caso de que el trabajador no esté de acuerdo con el despido, tiene la posibilidad de impugnar dicha decisión ante los tribunales competentes.
¿Qué pasa si me hacen un despido disciplinario?
En primer lugar, debemos aclarar que el despido disciplinario es un tipo de despido que se produce por motivos relacionados con la conducta del trabajador. Es decir, si un empleado es despedido por alguna falta cometida en el trabajo, estamos ante un despido disciplinario.
Pero, ¿qué pasa si me hacen un despido disciplinario? Pues básicamente, que tendremos que recurrir a los tribunales para intentar que dicho despido sea declarado nulo y, por tanto, podamos volver a nuestro puesto de trabajo.
¿Qué faltas pueden ser motivo de despido? Pues hay muchas, ya que en función de la empresa y de la naturaleza de nuestro trabajo, unas u otras faltas podrán ser consideradas más graves que otras. A grandes rasgos, podemos decir que algunas de las faltas que pueden ser motivo de despido son:
- No cumplir las normas internas de la empresa
- No cumplir las órdenes del superior
- Faltar al trabajo sin justificación
- Llegar tarde al trabajo
- Realizar mal nuestro trabajo
- Robar en el puesto de trabajo
- Agredir físicamente a un compañero o superior
¿Cómo se tramita un despido disciplinario? En primer lugar, debemos saber que el despido no puede ser arbitrario, es decir, que el empleador no puede despedirnos por cualquier motivo. Para que un despido sea válido, debe ajustarse a lo establecido en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores. Este artículo establece que el despido debe ser comunicado por escrito al trabajador, de forma que este pueda defenderse.
Asimismo, el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores establece que el despido debe ser notificado al trabajador en el momento de producirse. Es decir, que si un trabajador es despedido por una falta cometida, debe ser notificado en el acto, de forma que el trabajador pueda defenderse.
Por último, cabe señalar que el despido disciplinario debe ser proporcionado. Es decir, que la falta cometida debe ser suficientemente grave para justificar el despido. De lo contrario, el despido será declarado nulo.
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