¿Qué pasa si trabajo con una incapacidad permanente total?

¿Qué pasa si trabajo con una incapacidad permanente total?

Si usted trabaja y sufre una lesión que le impide realizar su trabajo, es posible que se le otorgue una incapacidad permanente total. Esto significa que usted recibirá una pensión mensual del Seguro Social por el resto de su vida. Sin embargo, hay algunas cosas que debe tener en cuenta antes de aceptar una incapacidad permanente total.

¿Qué es una incapacidad permanente total?

Una incapacidad permanente total se le otorga a aquellas personas que han sufrido una lesión o enfermedad que les impide realizar cualquier tipo de trabajo. Si usted es elegible para una incapacidad permanente total, usted recibirá una pensión mensual del Seguro Social por el resto de su vida. La pensión mensual es aproximadamente el 60% de su salario promedio.

Para calificar para una incapacidad permanente total, usted debe reunir los siguientes requisitos:

  • Usted debe haber trabajado por lo menos cinco de los últimos diez años.
  • Su lesión o enfermedad debe ser lo suficientemente grave como para impedirle realizar cualquier tipo de trabajo.
  • Usted debe estar bajo la atención médica de un médico.

¿Qué sucede si rechazo una incapacidad permanente total?

Si usted rechaza una incapacidad permanente total, usted puede ser elegible para recibir beneficios por incapacidad temporal. Sin embargo, esto significa que usted tendrá que demostrar que usted es capaz de volver al trabajo en un futuro cercano. Si usted no puede demostrar que usted es capaz de volver al trabajo, usted puede perder sus beneficios.

También es importante tener en cuenta que, si usted rechaza una incapacidad permanente total, usted no será elegible para recibir beneficios por discapacidad del Seguro Social. El Seguro Social es un programa de beneficios separado que puede ayudar a aquellas personas con discapacidades a pagar sus facturas médicas y cubrir otras necesidades básicas.

¿Qué debo hacer si me otorgan una incapacidad permanente total?

Si usted es otorgado una incapacidad permanente total, usted debe asegurarse de que usted cumple con todos los requisitos para mantener sus beneficios. Esto significa que usted debe mantenerse en contacto con su médico y presentar un informe médico actualizado cada año. También debe informar al Seguro Social si usted cambia de domicilio o de teléfono.

Si usted tiene dificultades para mantenerse al día con sus obligaciones, usted puede solicitar un representante designado. Un representante designado es una persona que se encargará de mantenerse en contacto con el Seguro Social y presentar los informes médicos requeridos en su nombre. Si usted designa un representante, usted debe asegurarse de que esa persona está dispuesta y capaz de cumplir con estas responsabilidades.

Por último, pero no menos importante, es importante tener en cuenta que los beneficios por incapacidad permanente total son tributarios. Esto significa que usted tendrá que pagar impuestos sobre sus beneficios. Si usted no paga sus impuestos, usted puede ser elegible para una reducción o eliminación de sus beneficios.

¿Qué pasa si una persona está incapacitada y va a trabajar?

Por lo general, si una persona está incapacitada para trabajar, su empleador le pagará una indemnización por los días de baja. Sin embargo, si la baja es debida a un accidente de trabajo o a una enfermedad profesional, la indemnización se pagaba directamente por la Seguridad Social. En el caso de las enfermedades comunes, la indemnización se pagaba por el empleador, aunque podía reembolsar el importe a la Seguridad Social.

En algunos casos, el empleador podía permitir que la persona incapacitada siguiera trabajando de forma reducida o en un trabajo adaptado. En estos casos, se le seguía pagando el salario completo. También era posible que el empleador acordara un periodo de suspensión del contrato de trabajo, durante el cual la persona no recibía ningún tipo de remuneración.

En la actualidad, con la entrada en vigor del Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, se establece que en los contratos de trabajo a tiempo parcial y en los contratos de interinidad, la retribución en caso de baja por enfermedad común será proporcional al tiempo trabajado. Esto significa que, en caso de que un trabajador con un contrato a tiempo parcial esté de baja por enfermedad, solo recibirá el salario correspondiente a los días en los que efectivamente haya trabajado.

Por otro lado, en los contratos a tiempo completo, la retribución en caso de baja por enfermedad común será de 100% del salario durante los tres primeros días de baja. A partir del cuarto día de baja, la retribución será proporcional al tiempo trabajado.

En el caso de los contratos a tiempo parcial y en los contratos de interinidad, la retribución en caso de baja por enfermedad profesional o accidente de trabajo será de 100% del salario durante toda la baja.

Por último, cabe destacar que, en los contratos a tiempo completo, la retribución en caso de baja por maternidad, paternidad, adopción o acogimiento será de 100% del salario durante toda la baja.

¿Cuando te pueden quitar la incapacidad permanente total?

La incapacidad permanente total es una situación en la que una persona no puede realizar ninguna actividad en beneficio propio o ajeno, debido a una patología o un daño irremediable. Para que una persona pueda ser considerada en estado de incapacidad permanente total, debe acreditar una pérdida funcional del 65% o más. Aunque en un primer momento se pueda pensar que una persona en estado de incapacidad permanente no puede mejorar, no es así. En algunos casos, la persona puede recuperar parte de su capacidad funcional y, por tanto, dejar de estar en estado de incapacidad permanente total. Por ello, el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) realiza periódicamente una revaloración médico-legal de las situaciones de incapacidad permanente total, para comprobar si la persona ha mejorado su estado de salud y, por tanto, puede dejar de percibir la pensión por incapacidad permanente total. En concreto, el INSS realiza la revaloración médico-legal a los dos años de la concesión de la pensión por incapacidad permanente total, y posteriormente cada cinco años. No obstante, si se produce un cambio significativo en el estado de salud de la persona, el INSS puede realizar la revaloración en cualquier momento.

¿Qué efecto produce sobre el puesto de trabajo la declaración de incapacidad permanente total?

La declaración de incapacidad permanente total (IPT) es una declaración que se puede emitir por un médico o un tribunal médico, que indica que una persona ha sufrido una lesión o enfermedad que le impide realizar su trabajo de forma segura y eficiente. Una persona con una IPT puede ser elegible para una pension de invalidez, así como para otros beneficios, como el subsidio de desempleo y el subsidio por incapacidad laboral. La IPT tiene un efecto significativo sobre el puesto de trabajo de la persona afectada, ya que esta persona ya no será capaz de realizar su trabajo de forma segura y eficiente. En consecuencia, la empresa o el empleador tendrán que tomar medidas para asegurarse de que el puesto de trabajo de la persona afectada esté cubierto de forma adecuada. Esto puede significar que la empresa tenga que contratar a otra persona para que haga el trabajo de la persona con IPT, o bien, que la empresa tenga que modificar el puesto de trabajo de la persona afectada de forma que esta persona pueda seguir trabajando de forma segura y eficiente.

¿Qué ventajas tiene la incapacidad permanente total?

En España, una persona que sufra una discapacidad igual o superior al 33% tiene derecho a percibir la prestación económica por incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez. Esta prestación, que se concede por la Seguridad Social, tiene como objetivo financiar a aquellas personas que, debido a su discapacidad, no pueden realizar una actividad laboral remunerada y que, por ende, no tienen ingresos propios. Por otro lado, las personas que perciben esta prestación también tienen derecho a una serie de ayudas y subvenciones que les facilitan el día a día, tales como la tarifa plana en el transporte público, becas de estudios, ayudas para la adquisición de vehículos adaptados, etc. En resumen, se trata de una serie de ventajas pensadas para hacer más llevadera la situación de las personas con discapacidad.

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