¿Cuando estás de baja te pueden despedir?
En España, la Ley de Protección al Empleo establece que el despido de un trabajador en situación de baja por enfermedad es nulo. Esto significa que el empleador no puede despedir a un trabajador que está enfermo, y si lo hace, el trabajador tiene derecho a ser reincorporado a su puesto de trabajo. No obstante, existen algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, si el trabajador está de baja por enfermedad durante más de tres meses consecutivos, el empleador puede despedirlo por motivos económicos o de producción. En este caso, el despido debe ser notificado por escrito al trabajador, y el empleador debe acreditar los motivos económicos o de producción invocados. Asimismo, si el trabajador está de baja por enfermedad y cometió un falta grave antes de entrar en situación de baja, el empleador puede despedirlo por esta falta. Para que el despido sea válido, debe notificarse por escrito al trabajador, y el empleador debe acreditar la falta cometida. Por último, si el trabajador está de baja por enfermedad y su contrato de trabajo ha llegado a su término, el empleador puede despedirlo porque ha finalizado el contrato. En este caso, no es necesario que el empleador notifique por escrito al trabajador, ya que el contrato se ha extinguido.
¿Qué pasa si me despiden mientras estoy de baja?
Si usted está en baja por enfermedad y es despedido, aún tiene derecho a recibir el subsidio de enfermedad por un máximo de tres meses. El subsidio es pagado por la Seguridad Social y es del 80% de su salario base. Si su salario base es inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), el subsidio será del 100% de este último.
Para cobrar el subsidio, debe presentar la documentación que acredite su enfermedad en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Una vez superada la enfermedad, deberá buscar un nuevo empleo. Para ello, puede acudir a la oficina de empleo más cercana. Allí le informarán de las ofertas de trabajo disponibles y le asesorarán en su búsqueda de empleo.
En el caso de que vuelva a enfermar, deberá presentar de nuevo la documentación que acredite su enfermedad en el SEPE. En este caso, el subsidio será pagado por el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social).
¿Quién me paga si estoy de baja y me despiden?
En España, el sistema de seguridad social cubre a los trabajadores por enfermedad y maternidad, por lo que, en general, si estás enfermo o te quedas embarazada, tu empresa está obligada a seguir pagándote el salario. No obstante, existen unos límites y unas condiciones que debes cumplir para que esto ocurra.
Por ejemplo, si tu enfermedad es temporal y no incapacitante, es decir, que no te impide trabajar, pero necesitas unos días de descanso, tu empresa sólo estará obligada a pagar el salario base durante los primeros días de baja. A partir del día 8, el pago de la enfermedad lo cubre la Seguridad Social.
Sin embargo, si tu enfermedad es de larga duración o incapacitante, es decir, que te impide trabajar durante más de tres meses, tu empresa estará obligada a seguir pagándote el salario base durante todo el tiempo que estés de baja. A partir del día 91, el pago de la enfermedad lo cubre la Seguridad Social.
En el caso de las mujeres embarazadas, la empresa está obligada a seguir pagando el salario base durante todo el embarazo y durante el periodo de descanso postnatal. No obstante, si la mujer renuncia a su puesto de trabajo antes de que acabe el periodo de descanso postnatal, la empresa no está obligada a seguir pagándole el salario.
En resumen, si estás enfermo o embarazada, tu empresa está obligada a seguir pagándote el salario, pero sólo el salario base. Si la enfermedad es de larga duración o incapacitante, la empresa está obligada a seguir pagándote el salario durante todo el tiempo que estés de baja. Si la enfermedad es temporal y no incapacitante, la empresa sólo está obligada a pagarte el salario durante los primeros días de baja. A partir del día 8, el pago de la enfermedad lo cubre la Seguridad Social.
¿Cuando te pueden despedir después de una baja?
Despido por motivos disciplinarios
Un despido por motivos disciplinarios es aquel acto mediante el cual la empresa pone fin al contrato laboral de un trabajador, debido a una falta cometida por este último. En este caso, el despido se produce porque el trabajador ha incumplido una obligación que viene recogida en el contrato laboral o en la legislación laboral vigente.
Para que un despido por motivos disciplinarios sea considerado como tal, es necesario que la falta cometida por el trabajador sea lo suficientemente grave como para justificar el fin de su contrato laboral. Asimismo, es importante que la falta cometida sea una falta real y no simplemente una imputación por parte de la empresa.
Por otro lado, es necesario que el trabajador haya sido notificado previamente de la falta cometida y de las posibles consecuencias que podría tener esta falta, de acuerdo con lo establecido en el contrato laboral o en la legislación laboral vigente.
Despido improcedente
Un despido improcedente es aquel acto mediante el cual la empresa pone fin al contrato laboral de un trabajador de forma arbitraria, es decir, sin ningún tipo de justificación o causa. En este caso, el despido se produce porque la empresa ha incumplido sus obligaciones contractuales o legales en relación con el trabajador.
Para que un despido sea considerado como improcedente, es necesario que la empresa no haya tenido ningún tipo de causa o motivo para poner fin al contrato laboral del trabajador. Asimismo, es importante que el trabajador haya sido notificado previamente de su despido y de las razones que se han esgrimido para justificarlo, de acuerdo con lo establecido en el contrato laboral o en la legislación laboral vigente.
Despido nulo
Un despido nulo es aquel acto mediante el cual la empresa pone fin al contrato laboral de un trabajador de forma ilegal o fraudulenta. En este caso, el despido se produce porque la empresa ha incumplido sus obligaciones contractuales o legales en relación con el trabajador de forma deliberada.
Para que un despido sea considerado como nulo, es necesario que la empresa haya cometido una falta grave en el procedimiento de despido, como por ejemplo, no haber notificado al trabajador de su despido o haber utilizado una causa falsa para justificarlo. Asimismo, es importante que el trabajador haya sufrido un perjuicio grave como consecuencia de su despido.
Despido objetivo
Un despido objetivo es aquel acto mediante el cual la empresa pone fin al contrato laboral de un trabajador por una causa justificada y razonable. En este caso, el despido se produce porque el trabajador ha cometido una falta grave que ha afectado de forma significativa a la empresa.
Para que un despido sea considerado como objetivo, es necesario que la falta cometida por el trabajador sea lo suficientemente grave como para justificar el fin de su contrato laboral. Asimismo, es importante que la falta cometida sea una falta real y no simplemente una imputación por parte de la empresa.
Por otro lado, es necesario que el trabajador haya sido notificado previamente de la falta cometida y de las posibles consecuencias que podría tener esta falta, de acuerdo con lo establecido en el contrato laboral o en la legislación laboral vigente.
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