¿Cuándo se creó el ERTE en España?
Los ERTE son una figura laboral que se ha hecho muy popular en España desde el inicio de la pandemia del COVID-19. Pero, ¿cuándo se creó exactamente esta figura?
El ERTE o Expediente de Regulación Temporal de Empleo fue creado en España en el año 1984, mediante un Real Decreto-ley que busca establecer medidas para regular las relaciones laborales y las causas de suspensión temporal de empleo.
Aunque la figura del ERTE ya existía, fue en la crisis del 2008 cuando se empezó a utilizar de forma más frecuente, debido a la necesidad de muchas empresas de reducir temporalmente su plantilla para evitar el cierre definitivo.
Con la llegada del COVID-19 en 2020, los ERTE se convirtieron en una figura clave para evitar despidos masivos ante la paralización de muchos sectores económicos durante el estado de alarma impuesto por el Gobierno.
Desde entonces, se han ido renovando y ampliando las condiciones de los ERTE, con el objetivo de proteger a los trabajadores y a las empresas afectadas por la pandemia.
¿Cuándo se creó la figura del ERTE?
La figura del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) fue creada en España en el año 2012, con el objetivo de facilitar la reestructuración de las empresas en momentos de crisis económica.
Anteriormente, existían otras figuras similares como los expedientes de regulación de empleo (ERE) o los expedientes de suspensión de contratos, pero el ERTE se caracteriza por ser una medida temporal y reversible, que permite a las empresas suspender los contratos laborales por un periodo determinado.
El ERTE alcanzó una gran relevancia en España durante la crisis económica de 2008, cuando muchas empresas se vieron obligadas a reducir su plantilla para sobrevivir. Con la figura del ERTE, se establecían medidas para evitar los despidos masivos y permitir la recuperación de las empresas.
En la actualidad, el ERTE se ha convertido en una herramienta importante para afrontar la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, ya que permite a las empresas adaptarse a la situación y mantener a sus trabajadores sin despedirlos definitivamente.
¿Quién pagaba el ERTE?
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) fue una medida adoptada por el gobierno de España para mitigar los efectos económicos de la pandemia de COVID-19. Este proceso permitió a las empresas reducir la jornada laboral de sus empleados o suspenderla temporalmente. Pero, ¿quién pagaba el ERTE?
El pago del ERTE recaía principalmente en la empresa solicitante, ya que esta debía hacer frente a una serie de gastos y obligaciones. Por ejemplo, la empresa estaba obligada a abonar el salario correspondiente al trabajador en los días efectivamente trabajados, así como a pagar la Seguridad Social y la cotización.
Por otro lado, los trabajadores afectados por un ERTE percibían una prestación económica a través del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Este organismo es quien se encarga de gestionar y abonar las prestaciones por desempleo, en función de la situación laboral de cada trabajador.
Es importante destacar que el pago del ERTE no eximía a la empresa del cumplimiento de sus obligaciones con los trabajadores, como el pago de las vacaciones o la antigüedad. Además, el ERTE tenía una duración máxima de 6 meses, aunque se podía prorrogar hasta un máximo de 12 meses.
¿Cuánto tiempo se puede estar en ERTE?
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) es una medida que las empresas pueden utilizar para suspender temporalmente los contratos de sus trabajadores. Esta medida está contemplada en la legislación laboral española y permite a las empresas ajustarse a las necesidades del mercado en momentos de crisis.
En un ERTE, los trabajadores pueden estar suspendidos temporalmente de su actividad durante un periodo determinado. Este periodo dependerá de las necesidades de la empresa y de las circunstancias en las que se ha producido el ERTE. La duración máxima del ERTE suele ser de seis meses, aunque en algunos casos puede ampliarse hasta los doce meses.
Es importante tener en cuenta que, durante el ERTE, los trabajadores tienen derecho a recibir una compensación económica. Esta compensación suele ser del 70% de su salario base, aunque puede variar en función de las circunstancias de cada caso. Además, los trabajadores también conservan su antigüedad y sus derechos laborales durante la suspensión temporal del contrato.
Una vez finalizado el periodo del ERTE, los trabajadores deben volver a su puesto de trabajo y recuperar su actividad y su salario. En caso de que la empresa no pueda garantizar esta reincorporación, los trabajadores pueden demandar a la empresa y reclamar una indemnización por despido improcedente.
En resumen, el tiempo máximo en el que se puede estar en un ERTE es de seis meses, aunque puede ampliarse hasta los doce meses en casos excepcionales. Durante este periodo, los trabajadores tienen derecho a recibir una compensación económica y a conservar sus derechos laborales. En caso de que la empresa no pueda reincorporar a los trabajadores al final del ERTE, estos pueden demandar y reclamar una indemnización por despido improcedente.
¿Cuándo se han acabado los ERTEs?
Desde que se inició la pandemia de la Covid-19, los ERTEs se han convertido en una de las medidas más utilizadas por las empresas para adaptarse a la situación.
Los ERTEs, o Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, han permitido a las empresas suspender temporalmente los contratos de trabajo de sus empleados y reducir o exonerar el pago de las cotizaciones sociales.
Debido a la gravedad de la situación económica generada por la pandemia, el Gobierno español ha ido renovando periódicamente la posibilidad de solicitar y prorrogar los ERTEs. Sin embargo, se espera que este mecanismo llegue a su fin en septiembre de 2021, cuando finaliza el actual acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales.
El fin de los ERTEs puede tener graves consecuencias para las empresas y los trabajadores afectados. Muchas empresas aún no han recuperado su actividad económica normal y se enfrentan a dificultades para garantizar la continuidad de sus negocios sin el apoyo de los ERTEs. Por su parte, los trabajadores pueden perder sus empleos o ver reducidos sus salarios y condiciones laborales.
En resumen, la finalización de los ERTEs puede suponer un importante reto para la recuperación económica y la estabilidad laboral en España. Será necesario buscar nuevas soluciones y medidas de apoyo para hacer frente a la crisis generada por la pandemia y ayudar a las empresas y trabajadores a adaptarse a la nueva situación.
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