¿Cuándo se debe conceder la incapacidad permanente absoluta?
La incapacidad permanente absoluta se concede cuando una persona sufre una discapacidad que le impide realizar cualquier actividad laboral y, por tanto, no puede reincorporarse al mercado de trabajo. Para concederla, el informe médico deberá acreditar que la discapacidad es irreversible y que el grado de incapacidad es superior al 65%. En el caso de las personas que sufren una discapacidad severa, la incapacidad permanente absoluta se concede automáticamente, sin necesidad de que el informe médico acredite el grado de incapacidad. La incapacidad permanente absoluta da derecho a percibir una pensión por invalidez, que será mensual y vitalicia. No obstante, el importe de la pensión se revisará periódicamente en función de la evolución de la discapacidad y el coste de la vida.
¿Quién tiene derecho a una incapacidad permanente absoluta?
La incapacidad permanente absoluta es una prestación a cargo de la Seguridad Social que se otorga a aquellas personas que, como consecuencia de una enfermedad o accidente, se hayan visto incapacitadas para el trabajo de forma permanente.
Para tener derecho a esta prestación, es necesario que la incapacidad sea total y permanente. Además, el beneficiario debe reunir los requisitos exigidos por la Seguridad Social, entre los que se encuentran:
- Estar dado de alta o de baja en la Seguridad Social.
- Haber cotizado el número de años exigidos (generalmente, 15 años).
- No estar cobrando otra prestación por incapacidad permanente.
La cuantía de la prestación varía en función de los años de cotización, siendo de un 75% de la base reguladora en el caso de los trabajadores que hayan cotizado entre 15 y 20 años, y de un 100% en el caso de los que hayan cotizado más de 20 años.
Para percibir la prestación, el interesado debe solicitarla a la Seguridad Social, aportando la documentación necesaria, que incluye el certificado médico que acredite la incapacidad permanente.
¿Cuándo se puede pedir la incapacidad absoluta?
La capacidad laboral es un requisito indispensable para el trabajo. Sin embargo, hay ocasiones en las que una persona puede verse impedida de realizar su trabajo debido a una enfermedad o a un accidente. En estos casos, se puede solicitar la incapacidad absoluta. La incapacidad absoluta es una prestación por desempleo que se otorga a aquellas personas que, como consecuencia de una enfermedad o un accidente, se hayan visto impedidas de realizar su trabajo.
Para solicitar la incapacidad absoluta, es necesario que el solicitante cumpla con ciertos requisitos, tales como:
- Estar inscrito en el Régimen General de la Seguridad Social.
- Haber cotizado un mínimo de 360 días en los últimos 5 años.
- Estar en situación de desempleo.
- No estar cobrando otra prestación por desempleo.
- Estar en posesión de un informe médico que acredite la incapacidad para el trabajo.
Una vez que se cumplen todos los requisitos, el solicitante debe dirigirse a la Oficina de Seguridad Social más cercana a su domicilio y presentar la documentación necesaria. Si la solicitud es admitida, se le otorgará la prestación por desempleo por un período de 12 meses. Si, una vez transcurrido este período, la persona se encuentra todavía en situación de incapacidad, podrá solicitar una prórroga de 6 meses más.
¿Cómo pasar de incapacidad permanente a absoluta?
La incapacidad permanente es una situación en la que una persona no puede realizar su trabajo habitual porque su salud se ha deteriorado de manera irreversible. En este caso, la persona tiene derecho a una pensión por incapacidad permanente. Para obtenerla, debe solicitarla a la Seguridad Social y, si se le concede, se le abonará mensualmente hasta que cumpla los 65 años. Sin embargo, en algunos casos, la persona puede superar la incapacidad permanente y, por tanto, dejar de percibir la pensión. Esto es lo que se conoce como incapacidad permanente absoluta. En este artículo, te explicamos cómo pasar de incapacidad permanente a absoluta.
La incapacidad permanente se produce cuando una persona no puede realizar su trabajo habitual por una enfermedad o lesión que ha sufrido. Esto puede ser debido a un accidente, a una enfermedad degenerativa o a un trastorno mental. En cualquier caso, para que se pueda considerar que una persona tiene incapacidad permanente debe haber un informe médico que lo confirme.
Una vez que se ha diagnosticado incapacidad permanente, la persona debe solicitar la pensión por incapacidad permanente a la Seguridad Social. Para ello, debe rellenar un formulario y aportar el informe médico que lo acredite. Si la solicitud es aceptada, se le abonará una pensión mensual hasta que cumpla los 65 años. No obstante, en algunos casos, la persona puede superar la incapacidad permanente y, por tanto, dejar de percibir la pensión.
Para que esto ocurra, debe solicitar un nuevo informe médico que certifique que ha superado la enfermedad o lesión que le provocó la incapacidad permanente. Una vez que se tiene este informe, se debe solicitar a la Seguridad Social que se pase a la categoría de incapacidad permanente absoluta. Si la solicitud es aceptada, se dejará de percibir la pensión y, en su lugar, se cobrará una pensión de invalidez.
En resumen, para pasar de incapacidad permanente a absoluta se debe:
- Solicitar un nuevo informe médico que certifique que se ha superado la enfermedad o lesión que causó la incapacidad permanente.
- Solicitar a la Seguridad Social que se pase a la categoría de incapacidad permanente absoluta.
- Dejar de percibir la pensión por incapacidad permanente y, en su lugar, cobrar una pensión de invalidez.
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