¿Cuándo se puede despedir por causas objetivas?

¿Cuándo se puede despedir por causas objetivas?

Según el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, el despido objetivo es aquél que se produce por causas justificadas relacionadas con el desempeño del trabajador o la empresa. Es decir, el despido debe estar motivado por una causa concreta y debidamente acreditada.

Las causas objetivas más habituales son las siguientes:

  • Incapacidad temporal del trabajador.
  • Faltas de asistencia al trabajo.
  • Abandono del puesto de trabajo.
  • Incumplimiento grave de las obligaciones contractuales.
  • Cese de la actividad de la empresa.
  • Cierre de la sucursal, delegación o establecimiento en el que trabaja el trabajador.
  • Reducción del volumen de trabajo.

Para proceder al despido objetivo, la empresa debe comunicarlo por escrito y de forma motivada al trabajador, además de indicarle las posibles vías de impugnación que tiene a su disposición.

En cualquier caso, el despido objetivo debe ser proporcional y, por lo tanto, la empresa debe optar siempre por la medida menos lesiva para el trabajador. Si la causa del despido es una falta leve, por ejemplo, la empresa deberá aplicar una sanción menos grave como, por ejemplo, una amonestación por escrito.

¿Quieres encontrar trabajo?

¿Quieres encontrar trabajo?