¿Como debe ser el despido para cobrar el paro?
Para cobrar el paro, el despido tiene que ser improcedente, es decir, que no se haya producido por motivos justificados. Si el despido es procedente, no se podrá cobrar el paro. Otro requisito es que el trabajador haya estado de alta en la Seguridad Social durante, al menos, los últimos 180 días anteriores al despido.
Para que el despido sea improcedente, tiene que haberse producido por alguna de las siguientes causas:
- Por discriminación, por ejemplo, por razón de sexo, raza, religión, opinión, etc.
- Por haber denunciado o haber sido testigo en una denuncia por una infracción laboral.
- Por haber estado de baja por enfermedad o por maternidad/paternidad/acogimiento/adopción.
- Por haber pedido o haber concedido permisos retribuidos, por ejemplo, por estudios, por hijos menores de 12 años o por un familiar en situación de dependencia.
- Por haber ejercido el derecho a la huelga.
- Por haber sido elegido representante de los trabajadores.
En el caso de que el despido sea improcedente, el trabajador podrá cobrar el paro durante un máximo de 24 meses. No obstante, para cobrar el paro, el trabajador deberá estar inscrito como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo y cumplir con los requisitos establecidos para acceder a este subsidio.
¿Qué tipo de despido tiene derecho a paro?
Despido improcedente
El despido improcedente es aquél que se realiza sin causa justificada, lo que quiere decir, sin una causa objetiva que lo motive. En este tipo de despido el trabajador tiene derecho a cobrar una indemnización de 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades, además del paro por el tiempo que dure la búsqueda de empleo.
Despido disciplinario
El despido disciplinario es aquel que se realiza por una falta cometida por el trabajador, siempre y cuando ésta sea graves. Para que este tipo de despido sea procedente debe haber una falta muy grave cometida por el trabajador, que debe constar en el contrato laboral. Las faltas muy graves pueden ser:
- Abandono del puesto de trabajo.
- Atentado contra la libertad e indemnidad del empresario o de sus familiares.
- Daños intencionados en las instalaciones de la empresa.
- Desobediencia a las órdenes del empresario.
- Embriaguez habitual o toxicomanía en el puesto de trabajo.
- Agresión física o psíquica al empresario o a un compañero de trabajo.
- Robo en la empresa.
En este tipo de despido el trabajador no tiene derecho a cobrar indemnización, ni al paro. No obstante, si el despido es declarado nulo por la justicia laboral, el trabajador tendrá derecho a cobrar una indemnización de 20 días por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades.
Despido objetivo
El despido objetivo es aquel que se realiza por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. En este tipo de despido el trabajador tiene derecho a cobrar una indemnización de 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades, además del paro por el tiempo que dure la búsqueda de empleo.
¿Cómo saber si el despido es procedente o improcedente?
Cada vez es más frecuente que trabajadores de todos los sectores y niveles se vean enfrentados a un despido improcedente. Ya sea por acoso laboral, discriminación, falta de pago de salarios o incumplimiento de contrato, entre otros motivos, muchos trabajadores se ven obligados a demandar a sus empresas.
Pero, ¿qué es un despido improcedente? Un despido improcedente es aquel que se realiza sin causa justificada y, por tanto, es ilegal. En España, el despido es improcedente si no se ajusta a una de las causas establecidas en el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo.
Por ello, si te han despido y crees que es injusto, debes acudir a un abogado especialista en derecho laboral para que evalúe tu caso y determine si el despido es procedente o improcedente.
¿Cómo se puede demostrar que un despido es improcedente? Para demostrar que el despido es improcedente, se debe acreditar que:
- No se ha dado ninguna de las causas establecidas en el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo
- La causa invocada es falsa
- La causa invocada es inconsistente o no es relevante para el despido
- La sanción impuesta es desproporcionada al incumplimiento cometido
En España, el despido es improcedente si no se ajusta a una de las causas establecidas en el artículo 55 de la Ley de Contrato de Trabajo. Las únicas causas que pueden justificar un despido son:
- La capacidad del trabajador
- La conducta del trabajador
- La concurrencia de causas económicas, técnicas, organizativas o de producción
- El fin del contrato a término fijo
- La extinción de la relación laboral por jubilación
Por tanto, si te han despido y crees que es injusto, debes acudir a un abogado especialista en derecho laboral para que evalúe tu caso y determine si el despido es procedente o improcedente.
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