¿Qué es un despido procedente e improcedente?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que un despido es la extinción del contrato laboral a iniciativa del empresario, lo cual supone el cese de las prestaciones que se derivan del mismo. No obstante, aunque el despido es un acto unilateral de la empresa, no todos los despidos son legales. De hecho, en función de diversos criterios, se pueden diferenciar dos tipos de despidos: procedentes e improcedentes.
Los despidos procedentes son aquellos que se producen por alguna de las causas establecidas en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores. Entre ellas, se encuentran las siguientes:
- Causas objetivas: cuando la extinción del contrato se produce por una modificación sustancial de las condiciones de trabajo o por una supresión de puestos de trabajo debido a razones económicas, técnicas, organizativas o de producción.
- Causas disciplinarias: cuando el despido se produce como consecuencia de una falta cometida por el trabajador y que es considerada muy grave por la empresa.
- Causas personales: cuando el cese se produce por motivos personales del trabajador, como puede ser el incumplimiento de sus obligaciones o porque suponga un perjuicio para la empresa o sus compañeros de trabajo.
Por su parte, los despidos improcedentes son aquellos que no se ajustan a derecho, es decir, cuando el empresario no tiene una causa suficiente o razonable para poner fin al contrato laboral. En estos casos, el trabajador puede acudir a los tribunales para que se declare la nulidad del despido y, por tanto, se le reconozca como trabajador de la empresa. Asimismo, el trabajador puede solicitar una indemnización por despido improcedente, que en la actualidad asciende a 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades.
¿Qué quiere decir despido procedente?
Despido procedente es un despido que se realiza de forma correcta, es decir, con observancia de todos los requisitos y procedimientos legales. En España, un despido procedente es aquel que se realiza por causas objetivas y que cumple con todos los requisitos establecidos en la legislación laboral. Es decir, debe haber una causa objetiva para el despido, como una falta grave o una falta leve cometida por el trabajador, y se debe seguir el procedimiento establecido por la ley. Si se despide a un trabajador sin seguir el procedimiento legal establecido, el despido será improcedente y el trabajador podrá reclamar ante los tribunales.
Para que un despido sea procedente, la empresa debe comunicar al trabajador, por escrito, la causa del despido. El trabajador tiene derecho a responder a la comunicación de la empresa y a presentar alegaciones. Si la empresa decide después de esta respuesta del trabajador que el despido es procedente, debe comunicárselo al trabajador por escrito, indicándole las causas del despido y el importe de la indemnización a la que tiene derecho. Si el trabajador no está de acuerdo con el despido, puede reclamar ante los tribunales.
En España, la indemnización por despido procedente es de 33 días de salario por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. Si el trabajador tiene más de 10 años de servicio, la indemnización será de 12 mensualidades. La indemnización se calcula sobre el salario base, es decir, el salario que percibe el trabajador por su trabajo, sin incluir los extras por horas extras, comisiones, etc.
¿Que te pagan en un despido procedente?
En España, si eres despedido de tu empleo con justa causa o despido improcedente, tu empresa está obligada a pagarle a la Seguridad Social una indemnización por despido. La indemnización por despido es una prestación que se paga a los trabajadores despedidos cuando no tienen culpa de su despido. La indemnización está financiada por la Seguridad Social y se calcula en función del tiempo que lleves trabajando para tu empresa. Para cobrar la indemnización por despido, debes solicitarla a la Seguridad Social. Si tu empresa no te paga la indemnización, puedes cobrarla directamente de la Seguridad Social. La indemnización por despido tiene como objetivo ayudar a los trabajadores despedidos a cobrar una prestación mientras encuentran un nuevo empleo. La indemnización no es una compensación por el daño causado por el despido, ni es una compensación por los beneficios perdidos como resultado del despido. En España, el importe máximo de la indemnización por despido es de 45 días de salario por año trabajado, hasta un máximo de 42 meses. Esto significa que, si llevas más de 10 años trabajando para tu empresa, la indemnización máxima que puedes cobrar es de 420 días de salario. Para calcular el importe de la indemnización por despido, se tienen en cuenta diversos factores, como la edad del trabajador, el tiempo que lleve trabajando para la empresa y el salario. Por ejemplo, si eres un trabajador de 50 años con 20 años de antigüedad y tu salario mensual es de 1.500 euros, la indemnización máxima que podrías cobrar sería de 360 días de salario (45 días por año trabajado, hasta un máximo de 360 días). Si tu empresa te despide sin justa causa, tienes derecho a cobrar una indemnización de 33 días de salario por año trabajado, hasta un máximo de 24 meses. Si eres un trabajador de 50 años con 20 años de antigüedad y tu salario mensual es de 1.500 euros, la indemnización máxima que podrías cobrar sería de 360 días de salario (33 días por año trabajado, hasta un máximo de 360 días). Para cobrar la indemnización por despido, debes solicitarla a la Seguridad Social. Si tu empresa no te paga la indemnización, puedes cobrarla directamente de la Seguridad Social.¿Que te pertenece por un despido improcedente?
Si te despiden sin causa y ves que tu despido es improcedente, tienes derecho a reclamar. En España, tienes un plazo de 20 días hábiles para presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social, desde el día siguiente al despido. Si no te despiden de forma correcta, tienes derecho a cobrar una indemnización. Esta indemnización es de 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Si no te despiden correctamente, también tienes derecho a cobrar tu salario hasta que se resuelva el conflicto. Tienes derecho a cobrar tu salario desde el día siguiente al despido, hasta que se resuelva el conflicto. Si ganas más de 1.000 euros al mes, tienes derecho a cobrar el 80% de tu salario. Si ganas menos de 1.000 euros al mes, tienes derecho a cobrar el 100% de tu salario. Si no te despiden correctamente, también tienes derecho a cobrar tu salario hasta que se resuelva el conflicto. Tienes derecho a cobrar tu salario desde el día siguiente al despido, hasta que se resuelva el conflicto. Si ganas más de 1.000 euros al mes, tienes derecho a cobrar el 80% de tu salario. Si ganas menos de 1.000 euros al mes, tienes derecho a cobrar el 100% de tu salario.
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