¿Cuando el despido es procedente?
Hay muchas formas en que un empleador puede despido a un empleado, pero no todos los despidos son legales. Si usted piensa que ha sido injustamente despedido de su trabajo, usted puede ser capaz de tomar medidas legales. Sin embargo, si su despido es legal, usted no será capaz de hacer nada al respecto.
¿Cuándo es legal para un empleador despido a un empleado? Aquí hay algunos de los motivos más comunes para un despido legal:
- Incapacidad para hacer el trabajo - Si usted no es capaz de hacer el trabajo para el que fue contratado, su empleador puede despido. Por ejemplo, si usted es un médico y no puede hacer el trabajo debido a una enfermedad, su empleador puede despido.
- Incapacidad para seguir las reglas del empleador - Si usted no puede seguir las reglas del empleador, usted puede ser despedido. Por ejemplo, si su empleador tiene una política de no fumar en el lugar de trabajo y usted no puede dejar de fumar, usted puede ser despedido.
- El incumplimiento de un contrato de trabajo - Si usted firmó un contrato de trabajo y no cumplir con las obligaciones del contrato, su empleador puede despido. Por ejemplo, si usted tiene un contrato de trabajo que dice que usted trabajará por un año y usted deja el trabajo después de seis meses, su empleador puede despido.
- La violación de las leyes del país - Si usted viola las leyes del país en el que trabaja, su empleador puede despido. Por ejemplo, si usted es un inmigrante ilegal y trabaja en EE.UU., su empleador puede despido.
Hay muchas otras razones por las que un empleador puede despido a un empleado, pero estas son algunas de las más comunes. Si usted piensa que ha sido injustamente despedido, usted debe consultar a un abogado para ver si tiene un caso.
¿Cómo saber si el despido es procedente o improcedente?
La legislación laboral española establece diferentes tipos de despido. En función del tipo de despido, será procedente o improcedente. Para saber si un despido es procedente o improcedente, es importante conocer las causas del despido.
En primer lugar, existe el despido objetivo o improcedente. Este tipo de despido se produce cuando el empresario tiene una causa justificada para el despido, como puede ser el incumplimiento del contrato por parte del trabajador. Otro ejemplo de despido objetivo es el despido por faltas graves. Las faltas graves son aquellas que ponen en peligro la seguridad o el funcionamiento de la empresa. Por ejemplo, el robo, el acoso o el incumplimiento de las normas de seguridad.
En segundo lugar, está el despido improcedente o nulo. Este tipo de despido se produce cuando el empresario no tiene una causa justificada para el despido. Un despido improcedente puede ser, por ejemplo, el despido por motivos discriminatorios. También puede ser el despido por motivos personales, es decir, cuando el motivo del despido es el enfado o el conflicto personal con el trabajador. Otro ejemplo de despido improcedente es el despido por hacer ejercicio de sus derechos, como el derecho a la huelga o el derecho a la conciliación de la vida laboral y familiar.
Por último, existe el despido disciplinario. Este tipo de despido se produce cuando el empresario tiene una causa justificada para el despido, como puede ser el incumplimiento del contrato por parte del trabajador. Otro ejemplo de despido disciplinario es el despido por faltas graves. Las faltas graves son aquellas que ponen en peligro la seguridad o el funcionamiento de la empresa. Por ejemplo, el robo, el acoso o el incumplimiento de las normas de seguridad.
¿Cómo se justifica un despido procedente?
Los despidos procedentes son aquellos que se realizan por motivos objetivos y legales, y se encuentran recogidos en el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores. En este se enumeran una serie de causas justificadas para el despido, como pueden ser la capacidad o rendimiento del trabajador, las necesidades de la empresa o el incumplimiento de las obligaciones por parte del trabajador.
Para que un despido pueda ser considerado procedente, es necesario que el empresario acredite que se ha producido alguna de las causas enumeradas en el Estatuto de los Trabajadores, y que ha seguido el procedimiento establecido por ley. En el caso de que el trabajador no esté de acuerdo con el despido, puede presentar una demanda ante los tribunales para que se declare la nulidad del despido y se le readmita en su puesto de trabajo.
En el caso de despido improcedente, el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización por despido improcedente, que será de 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. También puede solicitar la reincorporación a su puesto de trabajo.
¿Cuánto me corresponde por despido procedente?
¿Cuánto me corresponde por despido procedente? Para saberlo, lo primero que debes hacer es calcular tu indemnización por año trabajado. Para ello, debes multiplicar el número de años que llevas trabajando en la empresa por el salario bruto que cobrabas mensualmente, y dividirlo entre doce. Si trabajabas a jornada completa, el salario bruto mensual es el que aparece en tu nómina, pero si trabajabas a jornada parcial, debes calcularlo de la siguiente manera: salario bruto mensual/jornada parcial x jornada completa.
Una vez que tengas el importe de la indemnización por año trabajado, debes multiplicarlo por el número de años que llevabas trabajando en la empresa, y añadirle un día de salario por cada año trabajado, hasta un máximo de 12 días. El resultado final es la indemnización por despido procedente que te corresponde.
Por ejemplo, si llevas 5 años trabajando en la empresa y tu salario bruto mensual es de 1.500 euros, tu indemnización por año trabajado será de 1.500 euros/12 meses x jornada completa = 125 euros/meses x 5 años trabajados = 625 euros. A esta cantidad, habría que añadirle 5 días de salario, que en este caso serían de 125 euros cada uno, por lo que la indemnización final por despido procedente sería de 625 + 625 = 1.250 euros.
En el caso de que el despido no sea procedente, la indemnización será de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 meses de salario. Así, si en el ejemplo anterior el despido no fuera procedente, la indemnización sería de 20 días de salario x 5 años trabajados = 1.000 euros.
¿Cuando el despido es procedente tienes derecho a paro?
Si eres un trabajador fijo, y te despiden, tienes derecho a cobrar el paro. Pero, ¿cuándo es procedente el despido? En España, el despido procedente es aquel que cumple una serie de requisitos legales, y es el único en el que te corresponde el cobro de la prestación por desempleo. En cambio, si te despiden improcedentemente, no tienes derecho a cobrar el paro.
Para que un despido sea procedente debe haber un justificado motivo por el que se produzca, como puede ser la capacidad del trabajador, su conducta, las necesidades de la empresa, entre otros. También debe seguir un procedimiento legal establecido, y el trabajador debe ser notificado de su despido por escrito.
Si te despiden, tienes derecho a cobrar el paro si cumples los requisitos establecidos por ley. En España, el despido procedente es aquel que cumple una serie de requisitos legales, y es el único en el que te corresponde el cobro de la prestación por desempleo. Para que un despido sea procedente debe haber un justificado motivo por el que se produzca, como puede ser la capacidad del trabajador, su conducta, las necesidades de la empresa, entre otros. También debe seguir un procedimiento legal establecido, y el trabajador debe ser notificado de su despido por escrito.
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